Muy cerca de San Miguel de Allende te encontraras con esta pintoresca localidad con un santuario con gran valor artístico.
La palabra “Atotonilco” significa “lugar de agua caliente o agua caliente” ya que muy cerca de ahí hay un manantial de aguas termales que fue de gran importancia para los habitantes de ese lugar en tiempos prehispánicos.
Entre el año 1740 y 1780 se construyó el santuario cerca de estos manantiales por orden de Luis Felipe Neri de Alfaro con el fin de tener un sitio donde realizar ejercicios espirituales en honor a Jesús de Nazareno. El santuario está conformado por una nave principal, sacristías, siete capillas anexas y seis camarines, una fachada lisa con muros muy altos.
Los impresionantes murales cubren hasta el último rincón del interior, cada una de sus paredes, techos, puertas fueron decoradas a manos del artista Miguel Antonio Martínez de Pocasangre durante un periodo de 30 años. Los murales son representaciones religiosas de infinidad de pasajes bíblicos y personajes religiosos.
En los altares se escenifica en escultura un pasaje de la pasión de cristo que destaca por la calidad de talla, los dorados así como los detalles en cada una de sus murales pintados al óleo que nos recuerdan las pinturas flamencas.
Este sitio tiene una carga histórica muy importante en nuestro país, puesto fue aquí donde miguel Hidalgo tomo el estandarte de la virgen de Guadalupe que sirvió de bandera en la lucha independentista.
La Unesco en el 2008 declaro a la villa protectora de San Miguel el grande y al santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco como patrimonio cultural de la humanidad.
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