Si San Miguel del Allende es demasiado relajado para ti, te reto a que descubras el lado más salvaje de este apacible lugar. Existen diversas opciones para desbordar adrenalina por los semidesérticos caminos de Guanajuato y sus alrededores, lo único que hace falta es que tomes el riesgo, ¿vamos?
No necesitas viajar en el tiempo para trasladarte al viejo oeste, en San Miguel de allende puedes vivir la experiencia de un verdadero vaquero. Y no nos referimos a un vaquero urbano, en medio de calles pavimentadas y comodidades a la vuelta de la esquina, sino de una verdadera cabalgata por cañadas, laderas, lagos, ríos, cactos y animales de carga.
Muy cerca de la zona arqueológica de Cañada de la Virgen, a unos 20 minutos del dentro de la ciudad, se encuentran los escarpados caminos de Coyote Canyon (Cañón de los coyotes). Por el paisaje, este lugar podría ser Denver, Colorado, con sus altas peñas, cactos y arroyos. El sol pega a plomo y la adrenalina de montar un caballo de más de 500 kilos es la mejor sensación. No te preocupes si no has montado antes, el guía te dará un curso básico relámpago con el cual, no sólo podrás montar, sino hasta cabalgar si lo deseas. Tal vez te sirva saber que más de ocho mil personas, incluidos niños de 8 años, han vivido esta aventura sin ninguna experiencia previa y han quedado fascinados.
En los tramos llanos el jinete da la señal y los caballos salen disparados por el camino, puedes sentir cada músculo del animal en sincronía con tu cuerpo y casi escuchar correr la sangre por sus venas. Para este momento debes tener el control total sobre el animal y sólo necesitas jalar las riendas para que baje la velocidad a trote o pare totalmente. Cruza riachuelos a bordo del animal, déjalo beber pero si baja la cabeza demasiado, jala la rienda antes de que se eche a tomar un baño y termines empapado junto con él. Termina el recorrido por las calles empedradas de San Miguel al anochecer, la vista de la parroquia de San Miguel Arcángel completamente iluminada y sus tonos cobrizos son un recuerdo difícil de borrar en mi mente.
Desde las partes altas de Coyote Canyon la vista es envidiable. A lo lejos se puede ver La Presa Allende, el centro de la ciudad y la vasta vegetación. Como yo, no podrás resistir la tentación de hacer rappel a más de 35 metros de altura. El viento sopla con tal fuerza que es lo único que puede escucharse además del canto de las aves. Por momentos pareciera que quedaras sordo y que todo lo que puedes escuchar es el bombeo de tu corazón y las instrucciones de los guías mientras desciendes por la empinada peña, una experiencia que no te puedes perder.
¿Necesitas aún más adrenalina? Un poco de velocidad a bordo de una cuatrimoto te arrancará una sonrisa de satisfacción cuando saltes por el irregular terreno de terracería semidesértica guanajuatense. Por la seguridad no te preocupes, el precio del paseo incluye todo el equipo necesario para que ningún percance acabe con tu diversión. Sigue a los guías, ellos te contarán un poco sobre la historia arqueológica del lugar. Los recorridos incluyen agua y algunas veces alimentos preparados con ingredientes naturales como huevo, queso, carne y vegetales frescos producidos en los numerosos ranchos de la localidad.
Ven a San Miguel y descubre el aventurero que llevas dentro.
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