En la ruta de los los españoles cuando llegaron a México y se encaminaron a Tenochtitlán, Cortés y su ejército cruzaron a través del camino que dos majestuosas montañas abrían. Desde ese momento, se le conoce a ese camino como El paso de Cortés. Éste se localiza a 23 km. de Amecameca, Edo. de México y está a 3,660 metros sobre el nivel del mar. Su mayor atractivo es que las dos montañas ya mencionadas son los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, por lo que puedes disfrutar de una asombrosa vista de ambas sin necesidad de tener que ascender mucho. Además, puedes conocer los trabajos de conservación que se realizan diariamente para mantener viva esta área protegida.
Para los que practican montañismo y escalada, es posible ascender el Izta, siempre y cuando el popo no esté en fase preventiva, ya que de ser así no se permite el ascenso por cuestiones de seguridad. El Popo queda descartado para ascender pues se trata de un volcán activo. Para quienes no deseen subir, existen cuatro senderos interpretativos que conllevan a fortalecer el vínculo entre ti y la naturaleza.
Teniendo en cuenta que los volcanes Popocatépetl (Cerro que humea) e Iztaccíhuatl (Mujer blanca) son la imagen sobresaliente de este parque nacional, el área natural protegida abarca una superficie de 39,820 hectáreas que van desde las faldas del cerro Tláloc en el norte, hasta las laderas del Popocatépetl en la porción sur, y comprende la zona boscosa de Zoquiapan, en algún tiempo considerada como otro parque nacional.
Estas montañas eran consideradas sagradas por los antiguos mexicanos, ya que de ellas provenía el agua necesaria para la vida. El culto a Tláloc (dios de la lluvia) y a Chalchihuitlicue (diosa de las aguas que fluyen), estaba en su esplendor en esta zona a la llegada de los europeos en el siglo XV.
Además de la provisión de agua, la extensión de estos bosques es clave también para la captación de dióxido de carbono, la generación de oxígeno y la regulación del clima: son unos auténticos pulmones del centro del país.
Esta región está catalogada como área de importancia para la conservación de aves y región prioritaria para la conservación en México dada su alta diversidad ecosistémica; su función como corredor biológico; la presencia de endemismos; su importante función como centro de origen y diversificación natural, así como centro de domesticación o mantenimiento de especies útiles.
A esta gran riqueza biológica se suma la magnificencia de un paisaje que ha cautivado a artistas de muchas generaciones.
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