La Alameda Central uno de los parques públicos más antiguo de la Ciudad de México, por siglos ha sido el lugar de esparcimiento más entrañables para los habitantes de la Ciudad de México.
Fue creada en el siglo XVI por el Virrey Luis de Velasco, quien ordenó se creara «un paseo para darle belleza a la ciudad y que la vez fuera lugar de recreo de sus habitantes».
Se le nombró Alameda, por que en el lugar se sembraron un gran número de álamos en el límite oriente de la entonces joven ciudad virreinal, al sur del Templo de la Santa Veracruz y limitada por las actuales Avenidas Hidalgo y Juárez.
En vista del lento crecimiento de los álamos se decidió retirarlos y sembrar en su lugar fresnos y sauces, debido a que se desarrollan con mayor rapidéz. Sin embargo, el nombre de Alameda perduró hasta nuestros días.
Durante la duración del Segundo Imperio, la Alameda Central era uno de los paseos favoritos de la emperatriz Carlota Amalia de Bélgica, esposa del emperador de México, Maximiliano de Habsburgo.
Carlota Amalia mejoró la jardinería del lugar con la siembra de una gran cantidad de rosas y donó la fuente de «Venus conducida por céfiros» obra del escultor Mathurin Moreau.
Posteriormente el presidente Benito Juárez mandó derribar los muros de la Alameda para «evitar crímenes que pudieran cometerse a favor del abandono y de las sombras». Asimismo introdujo un sistema de iluminación en 1868.
Porfirio Díaz, como parte de las obras que emprendió para el mejoramiento de la ciudad, dio mantenimiento a la Alameda Central y mandó edificar el Palacio de Bellas Artes en el límite oriente y erigió el Hemiciclo a Juárez en el costado sur del parque, donde anteriormente se encontraba el Kiosco Morisco, que tras una breve estadía en esta alameda, fue traslado en 1909 a la Colonia Santa María La Ribera.
También retomó la costumbre que había iniciado el virrey Bucareli de realizar recitales musicales los domingos.
El 26 de noviembre de 2012 fue reinaugurada la Alameda Central, tras la realización de trabajos de renovación con la plantación de árboles y la restauración de las fuentes, las esculturas y el Hemiciclo a Juárez.
Se construyeron también cuatro nuevas fuentes ubicadas en las esquinas de la Alameda, la calle de Ángela Peralta se volvió peatonal y se instaló alumbrado público.
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