El Grito de Dolores es considerado el acto con que dio inicio la guerra de Independencia de México. Fue el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende, Juan Aldama, hizo a sus feligreses con el fin de que desconocieran y se sublevaran en contra de la autoridad virreinal de la Nueva España en la mañana del 15 de septiembre de 1810, para lo cual tañó una de las campanas de la parroquia de Dolores, hoy municipio de Dolores Hidalgo, estado de Guanajuato.
No existe documento alguno de participantes o testigos directos en las primeras horas del movimiento independentista; lo único seguro es que la mañana del 16 de septiembre de 1810 Miguel Hidalgo convocó de alguna manera a los habitantes de Dolores y zonas aledañas, a quienes dirigió una arenga para que se sumaran a la rebelión, con lo que se formó el primer contingente que se alzó contra las fuerzas virreinales. Fuera de esos hechos, ninguno de los detalles que se conocen constan en documentos históricos de primera mano, por lo que son susceptibles de ponerse en duda. Según la tradición, la noche del sábado 15 al domingo 16 de septiembre de 1810, avisados de que la conspiración en Querétaro había sido descubierta, Hidalgo y los otros líderes de la conjura decidieron iniciar el levantamiento contra las autoridades novohispanas. Se dirigieron a la parroquia, donde se tocó la campana ubicada en la torre oriente. Los habitantes del pueblo, pensando que se trataba de una emergencia, despertaron y se reunieron en el atrio. Una vez ahí, Hidalgo les dirigió una arenga en el que los convocó a alzarse en armas contra las autoridades españolas, dado que habían abdicado a favor de los franceses, que concluyó con una serie de consignas. Las palabras exactas que pronunció tal vez nunca se sepan. Las versiones probables y más antiguas son:1
Manuel Abad y Queipo (1810):
«¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII y muera el mal gobierno!»
Diego de Bringas (1810):
«¡Viva la América!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la religión y mueran los gachupines!»
Anónimo (1810) recopilado por Ernesto Lemoine Villicaña:
«Viva la religión católica!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la patria y reine por siempre en este continente americano nuestra sagrada patrona la santísima Virgen de Guadalupe!, ¡muera el mal gobierno!»
Juan Aldama (1811):
«¡Viva Fernando VII!, ¡viva América!, ¡viva la religión y muera el mal gobierno!»
Servando Teresa de Mier (1813):
«¡Viva Fernando VII y la Virgen de Guadalupe!»
Lucas Alamán (1840):
«¡Viva la religión!, ¡viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la América y muera el mal gobierno!» A lo que el pueblo respondió: «¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!»
Plaza de Dolores, óleo sobre tela del siglo XIX, J.J. del Moral
Se considera que este acto constituye el inicio formal de la Guerra de Independencia mexicana. Aunque hay consenso entre los historiadores en aceptar que Hidalgo efectivamente convocó a los dolorenses, no hay evidencia alguna del sitio exacto en el que se dio la arenga ni las palabras que la constituyeron, así como tampoco consta que el cura tocara una campana. Así, por ejemplo, algunos autores afirman que Hidalgo no dio el Grito frente a la puerta principal de la parroquia de Dolores, sino desde uno de los balcones de su casa, ubicada a dos calles al sur, sin reparar que esa edificación no tiene ni tuvo jamás balcones porque sólo tiene una planta.
Asimismo el contenido de la arenga es dudoso. El texto ha sido alterado con posterioridad sirviendo a los intereses del gobierno respectivo, con adiciones como «Viva la América española» (un reclamo posterior), «Mueran los gachupines» (una expresión de rivalidad que sólo aparecería más tarde por parte de Miguel Hidalgo) o «Viva México». Al no existir una relación literal del Grito, todo lo que se conoce queda en testimonios de segunda o tercera mano. Así, por ejemplo, el oficio publicado por Manuel Abad y Queipo, obispo electo de Valladolid de Michoacán en la Gazeta Extraordinaria del Gobierno de México, del viernes 28 de septiembre de 1810 (documento visible en la página web del Archivo General de la Nación en la sección relativa al Bicentenario de México), en cuyo folio 809, se lee textualmente lo siguiente: «…E insultando á la religión y á nuestro soberano D. Fernando VII, pintó en su estandarte la imagen de nuestra patrona nuestra Señora de Guadalupe, y le puso la inscripción siguiente: Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la América. Y muera el mal gobierno…».
Lo que se ha confirmado es que la arenga no se dio en la noche del 15 de septiembre ni durante la madrugada, sino alrededor de las ocho de la mañana del día 16, y que los pobladores de Dolores no acudieron de forma inmediata al llamado, al menos no con la rapidez que atribuye la tradición. En 1910, el historiador queretano Valentín F. Frías propuso que, dado que la mayoría de los integrantes del primer ejército independentista eran pobladores rurales de comunidades distantes, era poco creíble que el cura lograra reunir una muchedumbre inmediatamente después de tocar la campana, por lo que seguramente quienes respondieron arribaron al atrio en el curso del día. De cualquier forma, con grito o sin él, el domingo 16 de septiembre se debía tocar la campana para llamar a misa.
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