El perfil hormonal femenino permite medir ciertas sustancias (hormonas) en el organismo para determinar las causas de distintas afecciones, trastornos en los ovarios, problemas para concebir un embarazo o infertilidad, hasta padecimientos de las glándulas.
Para realizar esta prueba se toma una muestra de sangre.
Llevar a cabo el perfil hormonal femenino no exige preparación especial, aunque los laboratorios recomiendan 8 horas de ayuno previo, como requisito de rutina.
El procedimiento es seguro aunque algunas pacientes sufran inconvenientes durante la extracción de sangre, como mareo, desmayo y hematoma (acumulación de sangre debajo de la piel que provoca moretón).
Las hormonas que se revisan en un estudio de esta naturaleza son las siguientes:
Estradiol: El más importante de los estrógenos; controla el desarrollo de caracteres sexuales secundarios y crecimiento del útero, trompas de Falopio, vagina, genitales externos y mamas; además, favorece la restauración ósea, protege al sistema circulatorio e interviene en la generación de proteínas en el hígado. Su estudio permite verificar el funcionamiento de ovarios, placenta (que alimenta al bebé durante el embarazo) y/o glándulas suprarrenales (localizadas sobre los riñones).
Las cifras esperadas de estradiol son de 30 a 400 pg/mL (picogramos por mililitro) en mujeres antes de la menopausia (última menstruación) y de 0 a 30 pg/mL después de esta etapa.
Los niveles por encima de lo habitual pueden ser síntoma de tumores ováricos, en tanto que las bajas concentraciones se asocian a síndrome de Turner (afección genética en la que una mujer no tiene el par normal de cromosomas X), insuficiencia ovárica y baja producción de estrógenos vinculada con pérdida de peso acelerada o escasa grasa corporal, entre otras afecciones.
Progesterona: Liberada principalmente por los ovarios, tiene papel vital en el embarazo al preparar al útero o matriz para recibir al óvulo fecundado y a las mamas para la producción de leche; además, participa en el desarrollo de caracteres sexuales secundarios. Conocer su nivel determina si una mujer está ovulando o si hay riesgo de aborto espontáneo o embarazo ectópico (fuera del útero).
Los rangos típicos pueden variar según la fase del ciclo menstrual, embarazo o etapa de vida: en preovulación, se registran menos de 1 ng/mL (nanogramo por mililitro). A la mitad del ciclo, 5 a 20 ng/mL y en mujeres posmenopáusicas, menos de 1 ng/mL.
Se estima que las concentraciones superiores a lo normal pueden deberse a embarazo, tumores ováricos o padecimientos de las glándulas suprarrenales, en tanto que los niveles bajos pueden indicar amenorrea (ausencia de ciclo menstrual), embarazo ectópico (fuera el útero), incapacidad para ovular, muerte fetal o riesgo de aborto espontáneo.
Hormona folículoestimulante: Generada en la hipófisis, estimula la producción de óvulos y de estradiol durante la primera mitad de la menstruación. Por lo regular ayuda a diagnosticar problemas del desarrollo sexual, ciclo menstrual e infertilidad; en algunos casos también permite confirmar la menopausia.
Las cifras normales de hormona folículoestimulante también variarán de acuerdo con la edad, y los trastornos que se pueden asociar con resultados anormales de la hormona folículoestimulante son, entre otros, actividad anormal de la glándula pituitaria anterior, ya sea disminuida (hipopituitarismo) o a la alza (hiperpituitarismo); afecciones del ovario (hipofunción, quistes, cáncer), síndrome de Turner y anorexia, todas ellas alteraciones que dañan la vida y salud de la mujer.
Hormona luteinizante: También es producida por la glándula pituitaria y su elevación o incremento súbito es la señal que indica al ovario que debe liberar un óvulo. Se evalúa cuando la mujer tiene dificultad para embarazarse o periodos menstruales irregulares, lo que se vincula con afecciones como quistes ováricos (sacos llenos de líquido que se forman sobre o dentro de un ovario) y ciertas etapas de la vida como el climaterio o menopausia (fin de la etapa reproductiva).
Los valores normales de hormona luteinizante en sangre son 5 a 25 UI/l (unidades internacionales por litro), y cuando están por encima de estas cifras, pueden ser indicadores de hipofunción ovárica, menopausia, ovario poliquístico y síndrome de Turner. En cambio, los niveles por debajo de lo normal pueden indicar hipopituitarismo.
Prolactina: Segregada por la hipófisis, estimula el desarrollo mamario y la producción de leche. Por lo regular se analiza cuando se buscan tumores hipofisarios y las causas de secreción láctea sin relación con un parto (galactorrea), infertilidad y periodos menstruales irregulares o ausentes (amenorrea).
Dependiendo del problema a evaluar, es probable que se necesite más de un perfil hormonal femenino a lo largo del ciclo menstrual, ya que los niveles de hormonas varían y puede requerirse un comparativo entre resultados obtenidos en fechas determinadas. En este sentido, es posible que las pruebas subsecuentes se dirijan a estudiar una o varias hormonas femeninas en particular, en lugar de las ya mencionadas.
Se estima que los valores normales de prolactina en mujeres no embarazadas registran 2 a 29 ng/mL (nanogramos por mililitro), y en embarazadas, 10 a 209 ng/mL.
La elevación de la prolactina se asocia habitualmente con traumatismo o irritación de la pared torácica, enfermedad del hipotálamo, actividad disminuida de la tiroides (hipotiroidismo), afecciones renales, tumor de la hipófisis (prolactinoma) y toma de ciertos medicamentos, como antidepresivos y anticonceptivos. Los niveles reducidos, en cambio, no se relacionan con alguna afección.
La interpretación de los resultados del perfil hormonal femenino corresponde al médico, quien realizará el diagnóstico tomando en cuenta la historia clínica, signos y síntomas de la paciente, así como otros análisis, entre ellos pueden ser más examenes de hormonas tiroideas y estudios de imagen.
Con información de El Siglo Durango
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