Celaya es un templo para el paladar. Déjate impregnar por aromas que te transportarán a los momentos más dulces de tu infancia. Sucumbe a la tentación y prueba los sabores de siempre y las nuevas creaciones que te proponen las confiterías.
Pasea entre los muros fortificados de antiguos conventos. Busca la mejor perspectiva de la torre hidráulica compitiendo con las cúpulas. Atrévete a pasar una noche fuera de lo común.
La Alameda es un bello parque de finales del siglo XIX ubicado muy cerca del centro de Celaya, y el cual vale la pena visitar para tomar una nieve de garrafa o comer una tostada de cueritos, conocida como “durito”. En sus alrededores están instaladas algunas cafeterías con terrazas para sentarse a tomar una bebida mientras observas el lugar.
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