Una de las menos conocidas, pero no por ello menos impresionante, es el cañón del Pegüis, ubicado a unos 40 km al oeste de la ciudad fronteriza de Ojinaga. Hay dos razones por las cuales el del Pegüis no encabeza la lista de los grandes cañones chihuahuenses. Una son sus dimensiones, aproximadamente 16 km de largo por 350 m de profundidad en su parte más honda, que no compiten con los 1 000 m de profundidad de la barranca de Candameña o los cientos de kilómetros de longitud con que cuenta el sistema de las barrancas del Cobre.
La otra razón es su posición geográfica fuera de la sierra Tarahumara y de los circuitos turísticos más recorridos del estado, así como de la ruta del ferrocarril Chihuahua-Pacífico. No obstante, estas razones le dan un particular encanto, a pesar de que es un cañón de menores dimensiones que los de la Sierra Madre Occidental. En algunos tramos sus paredes se separan por escasos ocho o diez metros, y apenas dejan espacio al agua del río Conchos. En pocos lugares es tan claro el término “desfiladero” como aquí.
Por su ubicación, el cañón del Pegüis está enmarcado por la inhóspita y despoblada zona desértica de llanos y sierritas del oriente.
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