Desde la llegada de los españoles a la zona que hoy es la ciudad de Oaxaca, los habitantes de esa villa comenzaron a establecer un sistema de intercambio de bienes y servicios en distintos espacios dedicados a ello, aprovechando que los antiguos mexicanos ya tenían una sofisticada organización de mercados en sus ciudades.
Así aparecieron las primeras “plazas”, llamadas así porque en esos espacios abiertos se concentraba la compra-venta de bienes fomentando así el desarrollo de la economía, pero también donde sucedía un intercambio cultural en todas sus manifestaciones: comida, ropa, lenguas e ideas.
Los agricultores, artesanos y comerciantes de la época traían los productos de su región, lo que convertía a los mercados en lugares llenos de vitalidad, al juntarse en un solo espacio tanta variedad de colores, sabores y personas.
Y si algo abunda en Oaxaca, son bellas artesanías y exquisitos platillos tradicionales. Para apreciar la vasta riqueza artesanal y gastronómica de Oaxaca, visita los mercados Juárez y 20 de noviembre, situados a unas cuantas cuadras del zócalo y separados entre sí por una calle. Caminar por sus pasillos es sumergirse en un mundo de colores, sabores y texturas.
El mercado Juárez es el ideal para comprar recuerdos; en él encontrarás un sinfín de alebrijes, piezas de barro negro procedentes de San Bartolo Coyotepec, artículos de piel, tapetes de Teotitlán del Valle, jorongos y sarapes y muchos otros recuerdos para llevar de regreso a casa.
Aquí también encontrarás alimentos típicos, como dulces, pan de yema, queso de hebra y de mantequilla, totopos, chocolate amargo, cremas de mezcal y los crujientes chapulines, grandes y pequeños, asados en un comal y aderezados con chile piquín y limón. Compra una bolsa de estos manjares y cómelos como botana… ¡son deliciosos!
En el mercado 20 de noviembre desde las siete de la mañana, mujeres y hombres provenientes de diversas partes de la ciudad, acuden a esta plaza para deleitar a oaxaqueños y visitantes con la espléndida gastronomía oaxaqueña. Puestos atendidos por las llamadas “marchantas” ofrecen el chocolate de agua, el atole blanco, de panela y café, acompañados del pan de yema, la hojaldra y el chamuco.
Poco a poco empieza a llegar más gente, el murmullo sube de volumen hasta llegar a los gritos de “pásele, aquí le doy una mesa”, mientras el olor del tasajo, el chorizo y la cecina enchilada atraviesan los sentidos, y transforman el ambiente en un universo de sabores. Se le llama el “pasillo de las carnes”.
Aquí ante los ojos de los comensales, anafres con brasas ardientes cocinan lentamente deliciosos antojitos que serán acompañados por sus tortillas blanditas de mano, guacamole, salsa y “sus chiles de agua”, ofreciendo una experiencia sin igual.
El Mercado «Democracia» o de la Merced, es toda una tradición en las familias oaxaqueñas visitar este mercado los domingos para disfrutar de los deliciosos desayunos ofrecidos en antiguas fondas que son parte de la cultura oaxaqueña. Nadie puede resistirse a un chocolate-atole con su pan de yema, unas enmoladas de coloradito, memelitas recién hechas, o ¿por qué no? Una salsa de queso fresco del restaurant San Diego servida en los platos de barro de Atzompa. Por si fuera poco, aquí se pueden hacer las compras de la semana, pues productores de los municipios conurbados, asisten a este mercado para expender sus productos frescos y que puedan llegar a las mesas familiares.
En tu visita deberás probar las nieves artesanales del lugar: hay de mezcal, guanábana, tuna, nuez y otros sabores poco comunes.
Ven a Oaxaca y vive una experiencia gastronómica sin igual!!
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