La gastronomía mexicana es una de las más variadas en todo el mundo y Guerrero es un gran exponente en la materia.
La comida mexicana refleja parte de sus raíces, tradición y folklore a través de sus distintos sabores, texturas y olores. El arte culinario de cada pueblo es un elemento de identidad tanto individual como colectiva.
El pozole es uno de los platillos más representativos de nuestro país, la mezcla de sabores, la carne de cerdo o pollo, maíz y especias hacen de este un manjar digno del paladar más exigente. En tiempos prehispánicos este platillo era servido al emperador según se dice con carne de los sacrificios humanos afortunadamente esto ya no se usa, y la carne puede ser de cerdo o pollo.
Todos los jueves en Guerrero la tradición de preparar pozole se ha pasado de generación en generación hasta llegar a nuestros tiempos. Y Chilpancingo es el mejor lugar para comerlo, en toda la ciudad distintas fondas ofrecen a los visitantes el mejor pozole verde o blanco que hayas probado.
Pero el menú no acaba ahí, se acostumbra acompañar el pozole con chilitos cuaresmeños rellenos, chicharrón, tacos dorados, tostadas, todo acompañado por supuesto del rey de la cocina mexicana: chilito verde picado.
Bajo el pretexto de “cortar la grasa” sírvete un caballito de mezcal para cuando termines de cenar, así el ritual gastronómicos estará completo.
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