Muy cercanas unas con otras, parecieran desembocar del mismo río. El color celeste Mar Caribe de sus aguas contrasta con el verde frondoso de la selva tropical que caracteriza a la Huasteca potosina. Estas son sólo tres de muchas más cascadas que se esconden entre la selva y la montaña.
Son escenarios diferentes, cada cual un paisaje hermoso para contemplar y para disfrutarlo desde adentro.
Tamasopo nos gustó muchísimo. Desde un ancho acantilado caen cascadas que van inundando un suelo llano de piedra el cual se convierte en un lago con diferentes relieves. El desnivel del suelo permite que se formen nuevas caídas de agua. Hay senderos para caminar alrededor y disfrutar de cada perspectiva del paisaje. Hay una pequeña escalinata rústica que te lleva sobre una cascada y te deja ver el paisaje desde arriba.
El lago tiene varias profundidades y te puedes meter y nadar, siempre con precaución porque las caídas de agua tienen fuerza y la corriente también.
Al final del camino, hay un fragmento de un antiguo acueducto que acompaña las ruinas de un antiguo molino de caña de azúcar. Allí vivía una comunidad Tenek, en cuya lengua Tamasopo significa «agua que cae».
Tamasopo está ubicado dentro de un terreno privado comunal, administrado por varios grupos de personas y cada cual tiene un restaurante. Está muy ben acondicionado, pintoresco, limpio y prolijo.
Está abierto de 7 a 20 hs. La entrada por persona cuesta $20 mx y por auto $20 mx más.
Muy cerca de Tamasopo, pero en otra dirección está Puente de Dios que quien sabe por qué lo llamen así, pero es un lugar muy lindo también. Primero cruzas las vías del ferrocarril y entras a un sendero con escalones de piedra y rodeado de vegetación. El suelo es bastante lodoso y resbaladizo. Al final del trayecto hay dos caminos a tomar que te llevan hacia paisajes diferentes. En un caso hay una gran poza que se observa desde un pequeño acantilado y por el otro camino llegas hasta el río enmarcado por las paredes de las montañas. Allí nos metimos, pero el agua estaba muy fría y hay bastante corriente.
Otra vez como es un terreno ejidal, te cobran entrada de $20 por persona y si vas en auto junto a las vías, hay un señora que te cobra también por estacionar cuando debería ser un terreno público, en fin. En este caso, puedes estacionar antes de llegar a esa zona y luego caminar.
Finalmente visitamos las cascadas de Micos, un paisaje bellísimo. Hay un río de agua celeste que se forma de una gran caída de agua que deviene de otras tantas caídas más ubicadas cuesta arriba. Está rodeado de montañas y vegetación. Allí la gente local organiza un tour que te lleva hasta la última cascada y desde allí vas descendiendo a puro salto en cada cascada. Actividad para aventureros que les gusta el vértigo, no fue mi caso. Nosotros os metimos al agua a nadar, a principio estaba re fría pero luego con el movimiento se disfrutaba mucho. El agua era tan pura. Luego nos quedamos al solcito para secarnos y mientras tanto disfrutábamos del paisaje.
Micos es un lugar ejidal también y te cobran una entrada muy económica pero realmente no recuerdo el monto, alrededor de $10 mx creo.
Tamasopo y Micos son lugares buenísimo para pasar el día, sobre todo en época de verano y primavera que hace más calorcito. Nosotros fuimos en otoño y ya el clima estaba más fresco, sobre todo la temperatura del agua.
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