París, 1909. Diego Rivera se establece en París para rehuir de ser el tópico artista mexicano de la época y, a la vez, expandir sus fronteras mentales y físicas. Para ese entonces, ya admiraba a un pintor cuatro años mayor que él, el español maestro del cubismo: Pablo Picasso.
En la bohemia de la ciudad de la luz, antes de convertirse en dos figuras capitales de la historia del arte, los dos creadores se frecuentaron y desarrollaron una amistad tan breve como intensa durante 1914, en plena explosión europea del cubismo. Desgraciadamente, su idilio creativo acabaría cuando el muralista mexicano acusó a Picasso de plagio.
La verdad sea dicha, en sus principios, muchos críticos llegaron a confundir las obras del uno con las del otro. De esos paralelismos nace una de las exposiciones más valoradas en todo el mundo y que ahora tomará el Palacio de Bellas Artes, en Ciudad de México con más de 100 obras de ambos en el mismo espacio con el título Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo.
La muestra Picasso y Rivera: Conversaciones a través del tiempo llega a México el 14 de junio con un coste de $60 pesos en la entrada general y será gratis para maestros y estudiantes, los domingos será gratuita.
Los horarios serán de martes a domingo de 10:00 a.m. a 18:00 p.m.
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