Está por llegar una de las noches más esperadas por todos en Michoacán, la Noche de Muertos, esa que se vive el primero de noviembre, en donde la muerte se celebra con la vida, refirió la secretaria de Turismo Estatal, Claudia Chávez López.
La funcionaria enfatizó que, en el conjunto de manifestaciones culturales que tienen lugar en el Estado de Michoacán, sin duda destacan las que tienen que ver con las celebraciones enmarcadas en la “Noche de Muertos”, que se realiza especialmente en las comunidades indígenas purépecha.
Claudia Chávez López destacó que días previos al 1° y 2 de noviembre de cada año, los panteones y casas donde se hace “la espera” se cubren con flores de cempasúchil, velas, fruta, pan e incienso.
La titular de la política turística del Estado dijo que, no se deben confundir las celebraciones que tienen lugar en las comunidades indígenas, con una fiesta y mucho menos con diversión, “debemos ser respetuosos de esta tradición que en 2003, la UNESCO declaró como una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, en ella se declara que es, una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del País”, apuntó.
La fiesta de ánimas, en principio es una ceremonia ritual, es decir está regulado por normas que la comunidad conoce y respeta, cada elemento y cada actividad cumple un papel importante en el conjunto de la celebración. Con el animecheri k’uinchekua, se cumplen ciclos anuales, compromisos comunitarios y se fortalecen lazos de parentesco, que los asistentes debemos respetar.
Finalmente, la secretaria de Turismo Estatal, mencionó que hay ofrendas y elementos que debemos tener presentes al momento de acudir a la celebración de Noche de Muertos, entre las que destacan:
Las Ofrendas: En Michoacán, las celebraciones comienzan desde el 31 de octubre, con la cacería del pato, actividad a punto de desaparecer por la escasez de palmípedos, pero que aún se efectúa, a la que sigue la colocación del altar de “angelitos”, el día 1º de noviembre, para concluir con las honras a los difuntos el día 2. Estos rituales se llevan a cabo principalmente en la región lacustre del lago de Pátzcuaro y algunas otras comunidades purépecha.
Velación de los Angelitos: Para el día 1º de noviembre se ponen ofrendas y altares a los “angelitos”, o muertos chiquitos que han dejado el mundo de los vivos. Si es su primera ofrenda, el padrino de bautizo lleva un arco, el cual será arreglado con flor de cempoalxóchitl o tiringuini-tzitziqui (en p’urhepecha, flor amarilla) y flor de ánima, propias de esta época; asimismo, lleva dulces de azúcar con figura de ángel o de animalitos, juguetes e inclusive ropa, como parte de la ofrenda.
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