Para espantar a los espantos: La isla de las muñecas en Xochimilco.

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Xochimilco se encuentra al sur del centro del Distrito Federal, un lugar mágico y uno de los centros urbanos más importantes del México antiguo, tanto por su belleza natural, historia así como por su comercio.  Xochimilco comprende 189 kilómetros de canales navegables donde se puede visualizar entre sus aguas a peces, culebras, y a las orillas a todo tipo de animal saltarín, escenario de las películas más importantes de la filmografía mexicana como María Candelaria y en 1987 la zona de la Chinampas recibió el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Su belleza se contrasta con las historias y leyendas más importantes del centro de la República mexicana, una de ellas es la llamada “Isla de las Muñecas”, pequeña isla donde su único habitante, Don Julián Santana Barrera, llego a vivir ahí desde medianos de los años 70 y permaneció en su chinampa por más de 25 años, los lugareños lo reconocían como ermitaño y para otros era un señor que causaba temor. Igual sucedía cuando transitaban frente a su choza, que se caracterizaba por tener en su periferia cientos de muñecas colgadas de árboles y otras más clavadas en troncos que le servían “para espantar al espanto…”.

El señor Julián Santana Barrera, nativo del Barrio de la Asunción falleció a la edad de 80 años y fue un personaje muy pintoresco.

En los cincuentas el pasaba por los barrios de Xochimilco con su carretilla llena de verduras y hortalizas que él cultivaba, las llevaba a vender al tianguis de Xochimilco y al término de sus ventas se iba a una pulquería del lugar a tomar su bebida favorita pulque, pero a nadie de los presentes en la pulquería les hablaba, ya que era muy retraído, aunque después le dio por andar en los Barrios pregonando la palabra de Jesús y en cada esquina se ponía a rezar y a hablar de Dios.

Después le dio por recoger en todos los barrios las muñecas que estaban tiradas en la basura, más tarde se perdió, pues nadie preguntaba por él, por lo que no se sabía si aún vivía.

La rumorología dice que Don Julián empezó a poner muñecos para ahuyentar al espíritu de su hija ahogada, su sobrino Anastasio dice que la historia es algo diferente: Su tío, agricultor, empezó a quejarse hace cincuenta años de las apariciones de una mujer ahogada en esas mismas aguas. Para calmarla, empezó a recoger algunas muñecas que aparecían en los canales.

Dicen que cuando se realizó el rescate ecológico de Xochimilco en los años noventa y el lago estaba totalmente cubierto de Lirio Acuático, llamó la atención que su chinampa estaba rodeada de muñecas y en esa zona nadie vivía. Era una choza hecha de chinami, carrizo, ramas de ahuejote y zacatón, y él a nadie recibía, vivía como un ermitaño. Él no quería hablar sobre las muñecas que tenía en su chinampa, pero después se decía que estaban allí para ahuyentar a los malos espíritus y para que se dieran mejor sus cosechas. Platicaba que las muñecas aparecían de repente y que ellas lo acompañaban por las noches. Tenía una muñeca preferida que era La Moneca. Se comentaba también que veía una sirena que le había estado llamando porque se lo quería llevar y entonces un día el sobrino buscó a su tío, y descubrió que se había ahogado, desde esa fecha sus familiares, están muy dolidos de haber perdido a Don Julián, pero dentro de su tristeza ellos están conformes pues su tío murió donde él quería, junto con sus muñecas y la sirena del que tanto hablaba se lo había llevado.

Hay una advertencia que refieren los lugareños “hay de aquel que venga a Xochimilco y no visite la chinampa de Don Julián, el señor de las muñecas, ya que seguramente el espanto lo espantará”…

Xochimilco uno de los Barrios Mágicos Turísticos de la Ciudad de México, que no te puedes perder!

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