Gracias a su ubicación hoy se considera la segunda ciudad más importante del México colonial…
Conoce la fascinante historia del porqué Puebla es llamada Puebla de Los Ángeles…
Se trata de una leyenda que relata que al terminar la construcción de la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en el corazón de esta bella ciudad, surgió la pregunta de cómo habría de subirse una campana de 8 mil kilos a sus encumbradas torres (las más altas de América Latina).
La pregunta quitó el sueño durante varios días a ingenieros y albañiles. Pero una mañana, los habitantes de Puebla se despertaron con la noticia de que la campana estaba ya en la torre, repicando alegremente. «Pero, ¿quién la subió y cómo?», se preguntaron.
Y ya que parecía un milagro, nadie dudó en atribuirlo a los ángeles, quienes seguramente habían bajado a colocar la campana, la cual descansa ahí desde entonces.
Esta increíble leyenda es responsable de que a esta hermosa ciudad se le conozca como Puebla de los Ángeles.
Sin embargo, existen muchos otros motivos para asegurar que se trata de un destino celestial: sus calles, su horizonte y, particularmente, sus sabores. Enclavada en el centro de México y bajo la imponente presencia de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Lo que más llena de orgullo a los poblanos es su gastronomía, una de las más emblemáticas y deliciosas del país. Capital mundial del mole, de los chiles en nogada y las chalupas, Puebla te da una probadita del paraíso con postres que sólo pueden ser atribuidos a la creatividad angelical: los camotes, las tortitas de Santa Clara y los jamoncillos de nuez y piñón encabezan una larga lista que bien podría acompañarse con caritas regordetas de querubines.
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