Puerto de Veracruz.

Aunque se podría decir que la ciudad de Veracruz se fundó a consecuencia del ímpetu conquistador de Hernán Cortés, la historia de su nacimiento es mucho más azarosa.

En 1518 Juan de Grijalva llegó a una isla cercana a tierra firme a la que llamó San Juan de Ulúa, dándole el primer nombre por el día en que arribó al lugar y el segundo por una palabra que usaban con frecuencia los indígenas que lo recibieron.

El 22 de abril del siguiente año, Hernán Cortés fondeó sus naves en las costas del actual puerto y frente a la isla, en las playas de Chalchihuecan, fundó una villa a la que, por la riqueza de su entorno, llamó la Villa Rica de la Vera Cruz. Por las malas condiciones del sitio, tres meses después Cortés ordenó que el asentamiento fuese trasladado a Quiahuixtlán; sin embargo éste presentaba ciertos problemas para el desembarco de las naves, por lo que en diciembre de 1525 la villa fue nuevamente removida y ubicada en el lugar hoy conocido como La Antigua, muy cerca del río Huitzilapan. Por último, a finales del siglo XVI, el virrey Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey, junto con los oficiales reales de la Vera Cruz ordenaron el traslado definitivo de la ciudad a «un lugar más decente y más convenible», que es el sitio que ocupa actualmente. No obstante el intenso movimiento de la villa, en 1523 ésta ya había obtenido escudo de armas de manos del emperador Carlos V, aunque el título de ciudad le fue concedido por el rey Felipe II hasta el año de 1651.

Veracruz se levantó sobre una extensa planicie costera y su estructura urbana se estableció mediante una retícula limitada por el mar en su extremo nororiente. Las manzanas que la conforman no son regulares y se desarrollan hacia el norponiente y surponiente de la plaza principal a cuyo costado sur se ubica la Catedral, levantada en 1721 en un estilo muy modesto.

Otras edificaciones de interés histórico y arquitectónico son el actual Palacio Municipal construido a principios del siglo XVII, con dos niveles de amplios portales y una esbelta torre de estilo barroco sobrio. El Archivo y Biblioteca Históricos, alojados en un viejo edificio el siglo XVIII que refleja el carácter de las construcciones civiles de la ciudad, de casas altas de más de un piso con estrechos patios y balcones exteriores, muchas de ellas fabricadas con «múcara”, piedra caliza que se forma en el mar con cualidades semejantes al tezontle. La capilla del Cristo del Buen Viaje, construida en el siglo XVI y ubicada cerca del parque Zamora.

Por su parte los conventos franciscanos y dominicos que existieron en la ciudad se han transformado con el paso de los siglos y su uso ha sido sustituido. Un ejemplo de ello es el del viejo conjunto del templo y convento de San Francisco; el primero alberga en la actualidad al santuario de los Héroes de la Reforma, mientras que el convento fue convertido en hotel.

Aunque el avance del progreso acabó con algunas de las manifestaciones arquitectónicas de la Colonia, hoy sobrevive tal vez una de las más importantes: el fuerte de San Juan Ulúa. íntimamente ligados, esta fortaleza y la ciudad de Veracruz conforman un conjunto de capital importancia histórica para el país, por ser la puerta de entrada al contacto con el Viejo Mundo y el inicio de la conquista española. Considerado puerto durante la Colonia, el lugar en donde se levantó la fortaleza no pretendía en sus inicios contar con una construcción de carácter defensivo; su objeto era el de proteger las embarcaciones ancladas en el lugar. La fortaleza como tal se construyó como lugar estratégico de defensa a causa de los temores de ataques e invasiones, y para defensa de la población. Dichos ataques se hicieron realidad, durante el siglo XVII los piratas de varias nacionalidades desarrollaron fuertes campañas en aguas novohispanas. Una de estas invasiones ocurrió en 1683, efectuada por el pirata Lorencillo, cuyas tropas causaron saqueos y grandes destrozos.

La edificación del fuerte contó con la intervención de arquitectos especializados en obras militares, como Juan Bautista Antonelli, don Antonio de Guzmán y principalmente el capitán alemán Jaime Franck, quienes efectuaron obras dedicadas a concluir la estructura en diversas fechas del siglo XVII. Originalmente la construcción estaba constituida por las plazas de armas llamadas Santa Catarina y Nuestra Señora del Pilar, el panteón, el polvorín y las baterías de San Miguel y Guadalupe, además de otros edificios; sin embargo hoy sólo se conservan el foso, la rampa, sus cinco baluartes y algunas mazmorras junto con la media luna. Ya en el interior de la ciudad se conserva otra construcción defensiva conocida como el baluarte de Santiago, edificado en el siglo XVII y que actualmente funciona como un pequeño museo.

En los alrededores de Veracruz, se encuentran otros lugares de importancia histórica que poseen edificaciones interesantes, como la ciudad de Orizaba, originalmente un asentamiento de indios totonacas, que conserva sus templos del Carmen y la Concordia, ambos del siglo XVIII, el primero con una fachada barroca a base de yesería y el segundo con una hermosa fachada de estilo churrigueresco, además de algunas otras iglesias que fueron construidas como fortalezas, como la de San Miguel, el templo franciscano de San José de Gracia con una interesante y bella portada del siglo XVI y la iglesia y hospital de San Juan de Dios, que son los más antiguos de la localidad.

También muy cerca se halla la ciudad de Córdoba, fundada a principios del siglo XVII, con construcciones atractivas como las casas reales, el Palacio de los Condes de Zevallos y la casa del instructor Guevara, todas edificadas en el siglo XVIII.

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