El estado de Veracruz es uno de los más diversos en el país en cuanto a cultura y tradiciones nacionales. Sin embargo, existe un lugar en específico que ha logrado capturar la atención de muchos debido a sus místicas prácticas. Nos referimos a Catemaco, un poblado conocido en todo el país por ser la residencia de llamados brujos o hechiceros. Pero ¿cómo llegó esta tradición a este lugar y cómo ha logrado mantenerse viva después de tanto tiempo ya pasado?
Los brujos de Catemaco trazan su origen a la época prehispánica
Para poder responder a estas preguntas, hay que conocer un poco más acerca de historia, particularmente antes de La Conquista. Desde la época prehispánica, se puso a os brujos, shamanes, hechiceros y similares en una alta posición social y cultural. Los mexicas tenían clasificados a 40 diferentes tipos de curanderos, los cuales eran venerados por sus distintas habilidades y conocimientos. Los olmecas, una de las civilizaciones más antiguas que habitó en lo que ahora es Veracruz, también los clasificó así.
Sin embargo, con La Conquista, llegaron a Nueva España esclavos provenientes de países africanos, así como de Cuba y Haití. Como resultado, se produzco una mezcla y amalgama de creencias que dieron como resultado a los actuales brujos de Catemaco. La religión católica se mezcló con la santería cubana, el vudú haitiano, el curanderismo mexica y tradiciones olmecas, entre otras. Eventualmente, estas mezclas vinieron a incluir a figuras como Satanás y la Santa Muerte, que son abiertamente veneradas en Catemaco.
Brujería moderna
Ahora, en este lugar veracruzano sobrevive esta práctica, en la cual también existe una jerarquía con respecto a los brujos. Enrique Marthen, apodado El Ahijado del Diablo, afirmó que en la historia de Catemaco sólo han existido seis brujos mayores. Este título sólo se da a aquellos brujos mayores de 70 años, siendo él una excepción a sus 52 años.
No se puede negar el hecho de que las prácticas practicadas por los brujos de Catemaco, Veracruz, se han industrializado. Pero eso no significa que hayan perdido creyentes por ello, pues aquí, la gente sigue dependiendo de ellos para limpias.
Con información de Vía México
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