El cáncer de próstata ataca cada vez a más hombres y muchos no saben cómo fue que terminaron teniendo esta enfermedad. Seguir un tratamiento o someterse a alguna intervención quirúrgica es el terror de una gran parte del público masculino. Violeta Silva de ABC.es habló con el doctor Rodrigo García-Alejo para aclarar seis dudas que tiene todo hombre sobre el cáncer de próstata. Entérate qué dijo el especialista
1. ¿A partir de qué edad debemos preocuparnos por la próstata?
2 .¿Levantarse por la noche con frecuencia para ir al baño es un síntoma inequívoco de que la próstata está en riesgo?
Con la edad, la próstata se vuelve más grande y puede obstruir la vejiga o la uretra y este proceso (hiperplasia benigna de próstata), sin ser maligno, provoca unos síntomas similares a los del cáncer, entre ellos levantarse al baño con frecuencia por la noche, la dificultad para vaciar la vejiga por completo, urgencia urinaria… Para determinar si estamos ante una hiperplasia benigna o ante un tumor hay que estudiar el origen para determinar el mejor tratamiento.
3. El análisis de sangre que mide el nivel de PSA, ¿es la prueba más fiable para detectarlo precozmente?
Cuando aparece un tumor en la próstata se dispara la producción de PSA. El Antígeno Prostático Específico se considera un buen marcador de la presencia de células tumorales en la próstata, aunque esto no equivale a diagnóstico de cáncer: la gran mayoría de hombres no desarrollará un cáncer en la glándula prostática porque no se producirá un crecimiento descontrolado de esas células, ni se diseminarán fuera de ella. Un estudio europeo publicado el pasado mes en The Lancet apunta que la determinación del PSA reduce la mortalidad por cáncer de próstata en un 27% menor. Esto nos hace pensar que además del dato de la determinación de PSA en sangre, hay que conjugarlo con los factores de riesgo conocidos (edad, historia familiar, raza, etc).
4. Una vez detectado el cáncer ¿es mejor esperar a ver la evolución antes de tratarlo o actuar precozmente?
Como en todos los tumores, cuanto antes se actúe, mejor. Siempre tiene menos riesgo y provoca menos efectos secundarios un tumor pequeño que uno mayor, pero el paciente debe estar informado de todas las opciones y de los efectos que va a tener sobre su calidad de vida.
5. ¿De entre todas las opciones de tratamiento, cuáles son las más eficaces?
Las dos con mayor nivel de evidencia científica y con capacidad demostrada de curación son dos: la cirugía y la radioterapia. La cirugía consiste en la extirpación de la glándula que se puede realizar abierta o por laparoscopia y puede preservar los nervios y músculos que regulan la función sexual y la micción. La segunda opción, la radioterapia, que puede ser un complemento de la cirugía, consiste en el uso de radiación focalizada para destruir las células tumorales. El uso de nuevas técnicas de tratamiento con radiación han hecho que los efectos secundarios de la radioterapia tengan actualmente muy baja incidencia. Además, disponemos de aceleradores lineales de última generación, como nuestro TrueBeam STX que nos permite realizar tratamientos en menos días con una precisión desconocida hasta ahora.
6. ¿Es un falso mito que la cirugía genera impotencia o incontinencia?
No es un falso mito, es una realidad. Los principales efectos secundarios de la cirugía son la incontinencia urinaria, en algunos casos reversibles, y la impotencia sexual. Por eso nosotros insistimos mucho en que el paciente tiene que estar informado de la validez de cada tratamiento y de las ventajas e inconvenientes de cada uno.
Fuente: Abc.es
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