El Festival del Torito de Petate es un tradicional carnaval que marca el inicio de la Cuaresma; una celebración popular de danza y música que realizan grupos organizados de personas de una misma colonia.
Cada uno de los toritos es una obra artística donde sus creadores dan muestra de su imaginación y talento, ya que a través de los años en que ha venido realizándose este carnaval las creaciones han ido tomando diversas formas desde diferentes animales, hasta seres mitológicos, personajes animados, entre otros. Seguir al toro en su recorrido por las calles es toda una experiencia; una pesada estructura de carrizos sostiene una torre de adornos; el portador se mueve ágilmente, va con la música avanzando con movimientos horizontales y circulares, por la mirilla ve a la concurrencia. En el recorrido, los cascarones pintados con anilina de colores y sellados con engrudo y papel de china, llenos de confeti o de harina llenan de papelitos chispeantes o de blancura las cabezas. Si en una casa alguien desea la ejecución de la danza la ordena, el torito baila especialmente para los habitantes de ese domicilio a cambio de una gratificación. Se hace la rueda, el apache, con la cara tiznada, trae en la boca algo que simula ser una rata y con ella espanta a los niños; la maringuía en los toros foráneos es un hombre vestido de mujer, en los de Morelia es siempre una dama, ella es la que hace la faena de lidiar con el animal; el caballito danza alrededor, el caporal es el que pone fin a la vida del animal y termina con el baile poniendo primero el machete en la cabeza del torito y luego el gabán. Luego de un largo recorrido por las calles el torito llega a su casa, regularmente en la colonia que representa; ahí hay mole y arroz para que músicos y danzantes coman, antes de reanudar el recorrido por las calles.
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