Reconocida como la capital del estado tolteca, que se desarrolló en el centro de México durante el período posclásico temprano de Mesoamérica. En esta ciudad estaba asentado el principal poder político de los valles de México y Puebla-Tlaxcalaentre los siglos X y XII de nuestra era. Su influencia alcanzaba lugares tan distantes como la península de Yucatán,El Salvador y Nicaragua. No debe confundirse con el sitio mitológico denominado Tōllan, cuya identificación con Tollan-Xicocotitlan ha sido puesta en duda en textos recientes.
Los restos de esta ciudad precolombina se localizan en el municipio de Tula de Allende, al sur del estado de Hidalgo (México), y forman parte del Parque Nacional Tula.
Valle de clima templado, irrigado por el río Tula. El centro de la ciudad precolombina se ubicó muy cerca de la confluencia de este río con el Rosas. Algunos rasgos importantes del relieve de la región son los cerros Magoni, Xicuco, Moctezuma, Bojay y la sierra de Tezontlalpa. Se ha señalado que para cuando los grupos que dieron origen a la cultura tolteca, la región estaba poblada por otomíes, grupo étnico que actualmente constituye el principal elemento demográfico indígena en la zona, y del que sobreviven gran cantidad de topónimos en la región de Tula.
La región donde se edificó la capital tolteca tiene un clima semiseco. Sin embargo, la presencia del río Tula permitió el desarrollo de una agricultura productiva. Por otra parte, la ciudad estaba ubicada, de modo estratégico, en medio de yacimientos de obsidiana (como la Sierra de las Navajas), de alabastro y otros minerales. Por su posición geográfica, Tollan-Xicocotitlan se convirtió en un importante nodo de las rutas de la turquesa, proveniente del Norte de Mesoamérica, y de la región de Cañón del Chaco (en el actual territorio de Nuevo México).
Los restos de Tollan-Xicocotitlan constituyen la zona arqueológica de Tula, a unos diez minutos en autobús desde el centro de Tula de Allende. A su vez, el yacimiento arqueológico forma parte del Parque Nacional Tula, que es un área natural protegida. Dos son los complejos arquitectónicos que constituyen el principal atractivo de Tula. El más importante es el conocido como Tula Grande, que comprende las estructuras mayores de la ciudad, correspondientes a la Fase Tollan. Tula Chico se localiza a kilómetro y medio cinco al noreste, y está integrado por una plaza y otros edificios que fueron el núcleo a partir del cual creció la capital de los toltecas. Otros conjuntos explorados en la zona arqueológica son El Cielito y La Salitrera, así como algunas secciones de la zona habitacional destinada a las clases bajas de la sociedad tolteca.
-Tula Chico
El conjunto arquitectónico de Tula Chico tiene su origen en el Epiclásico, cuando Tollan era una pequeña ciudad de hasta seis kilómetros de superficie. Tula Chico posee una plaza alrededor de la que se encuentran distribuidos los principales edificios del conjunto. La Plataforma Norte alberga las dos principales edificaciones religiosas, conocidas como Pirámides Este y Oeste. Además, esta plataforma contiene los restos de una sala hipóstila que guarda semejanza con el Palacio Quemado de Tula Grande. Tanto en las salas de la Plataforma Norte como en las de la Plataforma Este se han encontrado relieves que probablemente representen a los nobles de la ciudad, muertos en batalla.14 Estos monumentos se muestran evidencia de que la ocupación de Tula Chico concluyó con la destrucción del conjunto por incendio hacia hacia el final del Epiclásico (s. IX d. C.
-Tula Grande
La construcción de un segundo complejo monumental —conocido como Tula Grande— implicó la introducción de ciertas innovaciones arquitectónicas desconocidas en Mesoamérica. Aunque los dos edificios más sobresalientes del conjunto siguen el modelo clásico de las plataformas pirámidales compuestas por módulos superpuestos de talud-tablero, otros presentan elementos que no eran muy comunes en Mesoamérica antes del apogeo de la cultura tolteca.
Los toltecas también emplearon clavos arquitectónicos en sus construcciones. Ejemplo de ello es la Pirámide C de Tula Grande, cuya superficie, despojada de sus revestimientos, muestran la presencia de unas salientes de piedra que debieron servir para sostener los tableros labrados que la recubrieron. Son tantas las similitudes entre la disposición urbanística de Tula Grande y Chichén Itzá, tantos los elementos inconográficos que comparten ambas metrópolis contemporáneas, que desde las exploraciones de Désiré Charnay en el siglo XIX ha tenido un lugar sobre la naturaleza de la relación entre la capital de los toltecas y la ciudad yucateca.
Debe estar conectado para enviar un comentario.