Recorrer las calles subterráneas del precioso estado de Guanajuato es la mejor manera de conocer cada uno de sus rincones.
En un estilo muy europeo las plazas y callejones se entrelazan a través de las empedradas calles que serpentean hacia arriba y debajo en un laberinto colonial muy emocionante.
El rio Guanajuato solía correr por debajo de la ciudad, en temporada de lluvias esto ocasionaba tremendas inundaciones afectando a decenas de familias, por lo que en el siglo XX los gobernantes en turno decidieron construir una represa y redirigir el rio y detener las inundaciones. Más tarde esas represas se convirtieron en túneles subterráneos por donde ahora los automovilistas se trasladan y cruzan la ciudad. El primer túnel que se terminó para este propósito es el conocido como «El Cuajín», que conecta desde la Hacienda de San Agustín hasta el Mercado de Embajadoras.
Sin duda alguna, la mejor manera de conocer esta bellísima ciudad es a pie, las calles son tan estrechas que varias de ellas están cerradas a los automóviles. Puedes pasear a pie por los túneles subterráneos donde según la leyenda la llorona deambula por ahí de noche (así que toma tus precauciones).
Además los túneles y calles subterráneas fueron nombrados como una de las maravillas mexicanas hechas por el hombre. No te quedes con las ganas y visita esta histórica ciudad, reflejo del orgullo mexicano y sus tradiciones.
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