Dos veces ganadora del Premio Nobel, la científica polaca, naturalizada francesa, Marie Curie, es recordada este martes en París, a 150 años de su nacimiento, con exposiciones en honor a una mujer que supo revolucionar la ciencia de su época.
De acuerdo con medios internacionales, a Curie se le rendirá homenaje en París, donde vivía y estaba su pequeño laboratorio, hoy sede del pequeño Museo Curie; también se prevén honores en su natal Polonia y en Montevideo, Uruaguay.
Respecto a los actos en Polonia, se prevé una conferencia cintífica en la Universidad de Varsovia; mientras que la Universidad Curie de Lublin también la homenajeará y en la capital se colocará una corona de flores el martes ante el monumento que recuerda al matrimonio Curie.
Manya Sklodowska, mejor conocida como Marie Curie, nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia; hija de un profesor de física y matemáticas de nivel secundaria, y de la directora de un colegio de señoritas, sus primeros estudios los concibió en escuelas locales y sus primeros conocimientos científicos los adquirió de su padre.
Cuentan sus biógrafos que en su adolescencia y parte de su juventud se vio en la necesidad de desarrollar la triple ocupación de institutriz, maestra y estudiante, en 1890 ayudó a su hermana Bronia a financiar su carrera en Medicina, teniendo un pacto de recíprocidad, señala el portal electrónico biografíasyvidas.
Sin embargo, se rehusó a seguir el acuerdo en otoño de 1891, año en el que viajó a París, donde dos años después de su llegada consiguió la Licenciatura en Ciencias Físicas y un año más tarde gracias a una beca, la Licenciatura en Matemáticas en La Sorbona; durante esa temporada Marie Curie se aisló en el trabajo, pero acabó con problemas nerviosos que la agobiaron en la juventud.
De acuerdo con el sitio oficial del Premio Nobel nobelprize.org, fue en 1894 cuando conoció a Pierre Curie, profesor de la Escuela de Física, con quien un año después contrajo matrimonio y con quién procreó a su primera hija, Irene, en 1897; siete años más tarde tendría a Eva.
Después del nacimiento de su primogénita, Marie Curie se propuso realizar una tesis doctoral, hecho insólito tratándose de una mujer, sin embargo su investigación la centró en la procedencia de la energía del compuesto de uranio sobre los rayos X, descubrimientos previamente empleados por Wilhelm Röntgen en 1895 y Henri Becquerel en 1896.
Sus primeras investigaciones, junto con su esposo, a menudo se realizaban bajo condiciones difíciles, los arreglos de laboratorio eran deficientes y ambos tuvieron que emprender muchas enseñanzas para ganarse la vida.
Fue el descubrimiento de la radioactividad por Henri Becquerel, el cual inspiró a los Curie en sus brillantes investigaciones y análisis que condujeron al aislamiento del polonio, llamado así por el país del nacimiento de Marie, y el radio.
A lo largo de su trayectoria, Curie desarrolló métodos para la separación del radio de los residuos radioactivos en cantidades suficientes para permitir su caracterización y el estudio cuidadoso de sus propiedades.
Según información de la Enciclopedia Británica, luego de desarrollar una serie de investigaciones al lado de su marido, en 1903, ambos merecieron la Medalla Davy de la Royal Society, así como el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de la radioactividad, el cual compartieron con Becquerel.
Sin embargo, la muerte repentina de Pierre Curie en 1906 fue un duro golpe a Marie Curie, pero también un punto decisivo en su carrera, pues dedicó toda su energía a completar sola el trabajo científico que había emprendido.
Ese mismo año fue nombrada para impartir la cátedra vacante que su marido dejó, convirtiéndose en la primera mujer en enseñar en La Sorbona, para después fungir como profesora titular.
Entre otros proyectos, en 1910 publicó su tratado fundamental sobre radioactividad, y en 1911 se convirtió, por segunda vez, en ganadora del Premio Nobel, ahora de Química, por el aislamiento del radio puro.
Callada, digna y modesta, a lo largo de su vida promovió activamente el uso de la radiografía, durante la Primera Guerra Mundial, con la ayuda de su hija Irene recorrió los hospitales de campaña para ayudar a los cirujanos con las nuevas técnicas radiológicas, por lo cual fue nombrada «Suprema Bienhechora de la Humanidad».
En palabras del propio Albert Einstein, con quien mantuvo una relación científica fructífera, «Madame Curie es de todos los personajes célebres, el único al que la gloria no ha corrompido».
Ella mantuvo su entusiasmo por la ciencia a lo largo de su vida e hizo mucho para establecer un laboratorio de radioactividad en su ciudad natal. En 1929, el presidente Hoover de Estados Unidos le obsequió 50 mil dólares donados por amigos de la ciencia para comprar radio en el laboratorio en Varsovia.
Obtuvo por sus méritos gran estima y admiración en el mundo científico, lo cual la llevó a ser miembro del Conseil du Physique Solvay desde 1911 hasta su muerte y desde 1922 fue miembro del Comité de Cooperación Intelectual de la Liga de las Naciones.
Su trabajo está registrado en numerosos artículos en revistas científicas y es autora de “Recherches sur les Substances Radioactives” (1904), “L’Isotopie et les Éléments Isotopes” y el clásico “Traité ‘de Radioactivité” (1910).
Además de que sus esfuerzos fueron reflejados en numerosos premios, títulos honorarios de ciencias, medicina y derecho, así como membresías honorarias de sociedades científicas de todo el mundo.
Con la idea de que se trataba de una inflamación de antiguas lesiones tuberculosas, fue intervenida en un sanatorio en Sancellemoz, en el que se le diagnosticó una anemia perniciosa a consecuencia de la radiación, lo cual la llevó a la muerte el 4 de julio de 1934.
Con información de El Siglo de Torreón
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