En armonía con la naturaleza, sin automóviles ni progreso pero con gente alegre, Mexcaltitlán es una isla donde parece que el tiempo se ha detenido.
Llama la atención la abundancia de garzas, gaviotas y águilas, así como el respeto que les brindan los isleños, quienes viven de la pesca del camarón, principalmente. La rica variedad de fauna en la laguna se debe en parte a que ahí se combinan el agua salada del mar y el agua dulce del río, y también a que no se han construido grandes obras ni carreteras a menos de 10 km de la isla. Es increíble que esta región no haya sido decretada Parque Nacional ni Área Natural Protegida. Sin embargo, la isla fue decretada Zona de Monumentos Históricos en 1986, debido al peculiar trazo de sus callejones, a lo típico de sus edificios y al centenario arraigo de sus pobladores.
En época de lluvias la pequeña isla de apenas 400 m de largo y 350 m de ancho «se hunde», como dicen los lugareños, debido al mayor caudal del río San Pedro. Las calles se convierten en canales y por ellas pueden navegar las canoas. Por eso las banquetas son altas, para evitar que el agua se meta a las casas. Alrededor de la plaza pública, localizada en el centro de la isla, se encuentra una bella iglesia y unos portales, de la delegación municipal, que sirven de acceso al pequeño museo «El Origen», en cuyo interior hay una sala de arqueología local y otra donde se exhiben objetos de diferentes culturas mesoamericanas, en especial de la mexica.
La vida transcurre entre la laguna, cinco callejones y la plaza. Las puertas de las viviendas permanecen abiertas y en sus porches platican los viejos, quienes se sientan a ver pasar la tarde, en contraste con el barullo ocasionado por la prolífica chiquillería. Todos se ven felices y sin preocupaciones, quizá porque viven bien de la pesca o por el clima tropical, por el cielo tan azul y el agua de río, mar y laguna. O tal vez por su comida de pescado blanco zarandeado y grandes camarones, o porque aún se preparan guisos con recetas prehispánicas, como el taxtihilli, platillo a base de camarón en caldo con masa de maíz y especias.
Llaman la atención las piezas de artesanía típica elaboradas con elementos marinos, entre las que destacan las “barcinas”, que son contenedores de camarón seco hechos de tela de manta entretejida y cosida con hilaza.
La fiesta del pueblo, una de las mayores atracciones de la isla, es el 29 de junio, cuando se festeja a San Pedro y San Pablo y se les reza para que la pesca del camarón sea abundante. En esos días se realiza una carrera de canoas entre dos equipos de pescadores que representan a cada uno de suspatronos, los cuales también participan, según la tradición, previamente ataviados por las familias del lugar. Siempre gana San Pedro, pues cuentan que cuando ganó San Pablo la pesca fue pésima.
La isla fue un importante asentamiento de inmigrantes chinos, quienes dieron un gran auge económico a la población y a la región con el comercio de diferentes artículos, como porcelanas, marfil, telas y productos derivados de la pesca. Actualmente en la isla viven varios descendientes de aquellas familias que llegaron desde Carbón, China.
Existe la creencia de que esta isla corresponde a la mítica Aztlán, lugar del cual partieron los mexicas o aztecas para establecerse después en el centro de México y fundar la ciudad de Tenochtitlan. La idea parte, entre otros aspectos de la supuesta raíz común de los nombres de la isla de Mexcaltitlán y del pueblo mexica. Algunos autores sostienen que ambos nombres se derivan de la palabra Metztli, diosa de la luna entre los pueblos que hablaban náhuatl. Así, Mexcaltitán significa «en la casa de la luna», debido a la forma redonda de la isla, similar al aspecto de la luna.
Otros autores dicen que Mexcaltitán significa «casa de los mexicas o mexicanos», y destacan la coincidencia de que, al igual que Mexcaltitán, la ciudad de México- Tenochtitlan, se fundó en un islote en medio de un lago, quizá por nostalgia de aquélla.
Según otras fuentes la palabra Aztlán significa «lugar de garzas», lo que apoyaría la teoría del origen de los mexicas en Mexcaltitán, donde abundan esas aves. De acuerdo con otros especialistas, aquí se ubicaba el «lugar de las siete cuevas», de las cuales hay gran cantidad en territorio nayarita, aunque lejos de Mexcaltitán.
Si bien por todo lo anterior se ha promovido al sitio como la «cuna de la mexicanidad», historiadores y arqueólogos consideran esas versiones aún carentes de elementos científicos para situar aquí el punto de partida de los fundadores de Tenochtitlan. Sin embargo, las investigaciones continúan y existen vestigios de que la isla fue poblada por pueblos avanzados desde tiempos remotos.
Quizá Mexcaltitlán no sea la cuna de los mexicas, porque si alguna vez hubieran vivido aquí es improbable que encontraran una buena razón para emigrar de este paradisíaco lugar.
SI USTED VA A MEXCALTITLÁN
Mexcaltitlán está aproximadamente a dos horas de Tepic, de donde sale hacia el noroeste la carretera federal núm 15, rumbo a Acaponeta, que de hecho en este tramo es autopista de cuota. A los 55 km tome la desviación a la izquierda hacia Santiago Ixcuintla, y de aquí la carretera hacia Mexcaltitlán, la cual, tras unos 30 km, conduce hasta el embarcadero La Batanga, en donde se aborda una lancha hacia la isla, en un recorrido aproximado de 15 minutos a través de canales bordeados por exuberante vegetación.
Debe estar conectado para enviar un comentario.